jueves, 28 de enero de 2010

Ciudad subterránea

Anduve el miércoles al amanecer por la desembocadura del Río Huerva, queriendo fotografiar aves. Buscaba disfrutar contemplando la simpatía del petirrojo o la elegancia de la garza. Pero bajo el puente de Echegaray y Caballero topé con algo inesperado y brutal: la visión de un grupo de personas que allí pernoctan. Se defendían del frío con mantas y hornillos; algunos aún yacían sobre mugrientos colchones. Por respeto a ellos hoy no traigo esa foto, pero sí el relato de su encuentro. Significativamente, bajo una avenida por la que transitamos camino de nuestros quehaceres o en paseos ociosos, habitan la pobreza, el abandono y la derrota. Lo siento, pero lo que ayer ví en Zaragoza no era amable ni gracioso.
En contraste, al pasar el puente me esperaba la maravilla de cada mañana:

1 comentario:

  1. La verdad es que la belleza de las fotografías al amanecer contrasta cn la historia que nos cuentas. Es una imagen realmente impactante la que describes. Yo pude ser testigo de esa misma visión en el 2008 pues estaba encargado de vigilar las obras del nuevo club náutico.

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